Los libros que cambiaron mi vida

Uno de los ejercicios más usuales, al entrevistar a alguna persona en un contexto literario, académico, cultural o similar de divulgación, es el de preguntar por el o los libros favoritos, más influyentes o que cambiaron el rumbo de la persona en cuestión.

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Mucho se puede teorizar e interpretar con respecto a las listas de tal naturaleza. De forma superficial nos narra alguna parte de la biografía del individuo, quizá hable de sus prioridades y gustos, con lo que pareciera que se puede formar una idea de la persona y su universo –aunque esto podría ser engañoso–. A veces esto resulta interesante al tratarse de alguna figura prominente, o puede volverse una espiral decadente de pena ajena.
[Famosamente en México, un expresidente, durante su campaña, fue preguntado por los 3 libros que cambiaron su vida. Terminó por convertirse en un meme bochornoso... que de cualquier modo no impidió que se le diera como ganador de las elecciones con 2/3 del total de votos en contra.]
Definitivamente, de acuerdo a las circunstancias individuales, las respuestas varían significativamente dadas las filias y construcciones de las experiencias del lector. Igualmente, el matiz entre favorito, influyente o transformador (entre otros) crea listas variadas en la misma persona: listas más o menos cortas, cambios radicales de títulos, la memoria se regocija o sufre en la elaboración, pero definitivamente construye consciencia de las experiencias propias. Quizá aborda una parte que nos aproxima a las sensibilidades y texturas de uno mismo.




Tal vez, si se analiza detenidamente la lista propia, se puede construir una cartografía de sí mismo, los relieves de caminos andados y dejos de los anhelos de las sendas por andar.

Así pues, me gustaría realizar el ejercicio. Sin ser un personaje públicamente prominente [aún :)], me resulta atractivo poder escudriñar en ese mapa de momentos y experiencias relevantes para mi concepción del mundo desde la lectura, y además poder compartirlo con ustedes, lectores, que sin lugar a dudas tendrán sus propias listas y, por ende, podríamos elaborar una serie de recomendaciones –no sólo de libros en sí, si no de posibles nuevas experiencias–.
Sin más les comparto la lista de libros que han cambiado mi vida hasta ahora:

  1. El Principito (Le Petit Prince, 1943, Antoine de Saint-Exupéry). Fue posiblemente uno de los primeros libros que leí con plena consciencia de ello. Una obra que desde la primera vez me ofreció una experiencia estética conmovedora (que en ese momento no supe descifrar o decir qué era). 
    Un libro que he revisitado en diferentes momentos de mi vida y siempre me ha dado algo valioso, desde las diferentes circunstancias en que lo he leído. Sin embargo, esa primera vez, cuando practicamente a penas sabía leer,  guiado por los dibujos e imaginando esa realidad particular de la narración, sin lugar a dudas, despertó un algo que posiblemente esculpió perspectivas e intereses para lo que habría de venir.

  2. Ficciones (1944, Jorge Luis Borges). Éste lo leí teniendo ya 18 años; acababa de mudarme a la ciudad de México, relativamente lejos de la familia. Una experiencia fascinante. Sería poco decir que me influyó; más que cambiar, completó esa pieza que no lograba nombrar para establecer mi perspectiva del relato corto. Más allá de técnica, laberintos infinitos y desdobles del abismo del tiempo (por ponerlo en conceptos que quizá el mismo Borges hubiese utilizado), me sacuideron. Nombrar esa paradoja de las ideas inasibles en humanos pasajeros. A mi gusto, un tratado de placer estético en la filosofía y los juegos de lo inasible de la mente, en el formato de cuentos cortos.
    Sería injusto decir que ha sido el único que ha cambiado mi perspectiva literaria o el más complejamente compuesto en terminos de experiencias estéticas, sin embargo, lo pongo ahí, en un lugar especial, como un momento importante de transformación en las formas de ver el mundo. Uno de esos procesos de moldear juicios y posturas propias, que incluso permiten derribar barreras preconcebidas para la creación del arte.

  3. Pedro Paramo (1955, Juan Rulfo). La primera vez que lo leí debió ser entre la secundaría y la preparatoria. De algún modo hipnotizante, lo leí varias veces, aunque siempre me parece nuevo. Nace un cariño –a falta de una palabra más precisa– cercano por la literatura nacional. Algo de saberse parte involuntaria de otra historia; como descubrir las profundidades de lo terrenal. Quizá una carga de melancolía no siempre placentera y mucho menos deseable, pero esa posibilidad de entender que no sólo lo placentero y atractivo tiene posibilidades de mover, que el arte y la creación no tienen que ser sólo lo que te deja con sonrisas o ímpetu... 
    Posteriormente, cuando decidí emprender un viaje de mochilero por un año, fue uno de los libros (junto con ficciones y otros digitales) que me acompañaron al rededor de los países que logré visitar. Una manera de abordar pensamientos y silencios.

  4. El mito de Sísifo (Le mythe de Sisyphe, 1944, Albert Camus). Quizá el más claro ejemplo de tomar las ideas y llevarlas a la acción. Lo descubrí cercano a los 16 años o un poco después, cuando la convulsión de ideas, emociones, paradigmas, escepticismo, angustias y anhelos se apoderan de uno. El caos puesto un tanto en cuestión, asumirlo para pujar por las ideas intrascendentes o tremendamente importantes para el individuo. Si bien no es tan realista decir que un sólo libro te lleva a tomar las decisiones que tomas, puedo decir que fue una gran influencia para cuestionar mis posturas fundamentales, escudriñar la crisis y salir con alguna decisión, aunque fuese estúpida. Ver, primordialmente, la irrelevancia humana, el ABSURDO(!) y la necesidad de actuar, de cargarse de acción... Fue un libro que me acompañó, en más de una forma, en el año viajando sin boleto de regreso.



No estoy muy seguro de qué significa todo esto, o de qué tanto dice de mí (aparte de estar aparentemente anclado con autores de finales de la segunda guerra mundial), pero sí puedo observar algunas cosas que hoy me hacen sonreír. Me atrevo a decir que la lista en sí poco dice del proceso de dejar de lado otros libros que igualmente influyeron, se oculta esa selección de prioridades o intimidades, el tener que visitar puntos relevantes de la vida y seleccionar los que te parecen de mayor impacto. Parte misma de la experiencia literaria, si lo vemos de cierto modo.
[Sólo por hacer el matiz interesante, esta sería la lista de los libros más «disfrutables» –que si bien guardan su grado de transformación, los veo superiores en sus cualidades de goce–: 1. El principito (otra vez, ja!), 2. Estas Ruinas que ves (1975, Jorge Ibargüengoitia). Tremendamente crítico y divertido en toda la extensión, 3. Esta barca sin remos es la mía (antología de poesía de Carlos Pellicer Camara), 4. Historia sobre un corazón roto... y tal vez un par de colmillos (2002, M.B. Brozon). Lo leí siendo un escuincle de unos 12 años, es más bien un grato recuerdo de la última etapa de la niñez.]



De esta manera, algo que me resultaría fascinante es invitarte a hacer tu lista de libros, ya sea favoritos, más divertidos, más impactantes o, igual que esta, que más te han cambiado. Por lo pronto, aquí quedan estos títulos como recomendaciones personales, e intimas, para quien aún no los haya descubierto.


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Nota: Me hubiese gustado ceñirme al formato de 3 libros, por aquello de la comodidad y composición que ofrecen las triadas, pero no podía dejar fuera alguno de la selección, así que al final se quedaron como listas de 4 porque es mi blog y hago lo que quiero (l.o.l.). 

Comentarios

  1. ������������Gracias por tus Sugerenencias y Comentarios, ������������Felicidades ....sigue Así ☺☺

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